CHERT, MUELA DE CHERT
Circular de todo el día - 11km - Dificultad media

29 de Noviembre 2015


 

CRÓNICA



La Cabra-Piedra, animal de singular condición —algunos dirían que de índole fantástica— es un cuadrúpedo herbívoro imposible de ser visto, salvo por su propia voluntad. Podríase estar a su vera, aún a su lado, e incluso en ellas montado, que este misterioso animal no manifestaría en nada su condición de ser viviente, quedando para las humanas miradas como simples piedras carentes de todo hálito... Algo así debió argumentar, al menos en su fuero interno, una de las guías de esta marcha, cuando en la presentación de la misma habló de «piedras que parecen cabras o viceversa, difíciles de diferenciar». Así pues, y ya para terminar con esta bipolar joya de la naturaleza —la cabra, no la guía...—, decir que no se entiende muy bien qué es lo que hace que el caprino deje su condición pétrea en favor de su manifestación animal. Queda para un estudio más profundo y concienzudo desvelar este paso de una timidez petrificante a la conspicua vivacidad conque más tarde se manifiesta el animal. Desde estas líneas damos las gracias a las cabritas de Xert que tuvieron a bien aquél día manifestarse como tales allá a donde fuéramos... Sí, dejo el agradecimiento por escrito por si tan singular criatura, además, supiera leer. ¡Ahí queda!

Mucha cabra en Xert sí, y mucha piedra, lo sabemos porque lo hemos visto, por lo menos en su muela; tanta piedra, y al parecer de calidad, que durante algún tiempo se la llevaron en bloques para ser utilizada en la construcción más allá de la población. Hoy, allí, sólo quedan los restos de aquella explotación. Son unos restos que se dejan visitar, bastante accesibles.

Desde abajo hasta arriba, o lo que es lo mismo, desde las escombreras hasta su roca tallada en bloques, disfrutamos de un magnífico día de senderismo con una luminosidad envidiable. Afortunadamente apenas sopló algo de viento, lo que nos dejó disfrutar del relajado paseo sin provocar aceleración alguna en pos del refugio que supondría para nosotros el bar alojado bajo el Ayuntamiento de Xert. Allí Otilia nos recompensaría con una excelente y asequible comida que puso punto y final a nuestra segunda visita a la localidad.

Gracias Oti, buenísimo todo.

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