BENICASIM, DESIERTO DE LAS PALMAS
Circular de medio día - 10km - Dificultad media

12 de Mayo 2013


 

CRÓNICA



No fue un día muy allá en cuanto a visibilidad, tampoco muy acá. No lo fue en cuanto a calores; sí en sofocos. Y aunque ni allá ni acá apareció la flauta por la que alguna preguntó, en cambio sí estaba Bartolo, que de haberla tenido, hubiera aprovechado el viento en su cumbre para soplarle la pegadiza melodía… La Flauta de Bartolo, al parecer una canción infantil de infinita duración, al estilo «Un elefante se balanceaba…» —dejémoslo así—, inspiró más tarde alguna que otra versión no tan infantil; donde palabras como «larga», «dura» y «rosada», hacían que «todas las chicas alucinaran». El alto del Bartolo ronda los setecientos metros… ¡Me acongoja pensar en tamaña flauta! Por ello no lo haré.

En cambio sí te puedo contar, de manera sucinta, que llegar hasta allí fue un placentero lance de equilibrio y resistencia, pues el buscar la cumbre recorriendo su cresta exigía un poco de ambas. Un lance jalonado de vistas extraordinarias: como el reflejo de las nubes en un mar calmo cual estanque… Y fue bajar y seguir gozando, por ejemplo con otras perspectivas de la Plana de Castellón, buscando entre la calina diferenciar localidades. Y fue llegar y en aquel bar sin nombre, ¿Bruno tal vez?, tomar de las cervezas un trago, dos, o tres… Al modo de la infinita canción.

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