No es que fuéramos con la intención de mojarnos, pero el pronóstico vaticinaba posibilidad de tormenta, es decir; agua y "aparato eléctrico" probable en Castellón interior. La cuestión era averiguar cuán interior está Tales respecto al resto de la provincia, y cuánto de afinados estaban los meteorólogos... en fin, que al menos mientras duró nuestro recorrido, más que tormenta, hubo tormento; el del sol dando en nuestros cogotes. Quedaron pues despejadas las dudas y guardado en la mochila todo el utillaje que habíamos previsto para la lluvia... Otra vez será, camaradas. De ahora en adelante ya toca pensar más seriamente en protectores solares de todo tipo que en cualquier otra cosa.

La marcha, con una magnífica asistencia y con la autorización correspondiente para poder adentrarnos en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, transcurrió, en un primer tramo, por lugares nada frecuentados por el CEB en los bastantes años que llevamos de camino. A caballo entre la CV-223 y Sueras, «cresteamos» en dirección a los Órganos de Benitandús pasando por la senda de las Águilas. Almorzamos en el collado por el que, a la derecha, te irías hacia Sueras. Nosotros a la izquierda; bajábamos. Descenso hacia la zona del embalse, paso por Benitandús, foto de grupo y primeros síntomas de agobio por el sol que comenzaba a calentar libre de nubes interpuestas. No quedaba mucho, no nos pareció poco. Y de repente ¡Aaaaaah!, el gran susto de la jornada. Esta vez nadie se lanzó a tumba abierta pedrera abajo, nadie sacó su codo de su encaje natural ni torció su tobillo sin mesura. Reptó una maja serpiente por entre el grupo, se alzaba erguida y desafiante, pero aquel ¡Aaaaaah! puso a cada uno en su sitio: la serpiente en fuga, un manotazo de pavor dejando huella en antebrazo ajeno, parálisis perpleja en la mitad trasera del grupo, sonrisa de algún veterano a la espera de por lo menos un tiranosaurio a la carrera… Pero no llegó la sangre al río, supongamos que la serpiente sí, como nosotros a un bar que, a punto de cerrar, decidió dejarnos entrar y reabrir espitas y ventanas. Bebimos, charlamos, nos relajamos: lo pasamos bien, ¿y tú, por dónde andas?