SANT JOAN - XODOS
Lineal de medio día - 10.5km - Dificultad media

3 de Febrero 2019



CRÓNICA



Pues sí, ciertamente, mucho viento y bastante frío. 3 de febrero, San Blas, patrón de Burriana, de haber venido con nosotros, y con su capa, hubiera resistido poco a «pie de pista»; en nada se hubiera ido volando cual Superman aureolado. Nosotros, carentes de ese tipo de poderes, no pudimos escaparnos tan fácilmente de la continua ventolera. No hubo otra que afrontarla, bajar del cálido autobús y congelarnos ipso facto. El deshielo llegó tras unos minutos de caminata y muy bien tapados... el que más dejaba ver de su físico lo hacía asomando lo que parecía ser una oreja o una nariz. Más, en esos primeros momentos, hubiera sido temerario.

Poco a poco serpenteamos por un bosque zarandeado vigorosamente por la ventisca. Las copas de los árboles, de un lado a otro, daban fe de que no era brisa lo que las movía. «...Algún tronco tronchado, sin trino, trababa tu trasiego tremendamente, tras un tris, trepamos trochas sin tropiezo, la treta trajo tranquilidad y al tran tran trenzamos un buen tramo...». Salidos del bosque llegamos a zonas más expuesta, al caminar dos pasos los dabas tú, otro tercero te lo hacía dar el aire que te había hecho perder tu dirección y casi también tu verticalidad.

Los de Castellón, los del CEC, organizadores del evento, nos llevaron a todos hasta un refugio en vías avanzadas de restauración. El refugio de «Les Mallades» estaría, en un futuro, siempre abierto, una parte, a quien quisiera entrar y guarecerse de las inclemencias o de la noche, por ejemplo. Otra parte del refugio, guardada bajo llave, quedaría para los socios y amigos del CEC. Ya les queda poco para que ello sea una realidad. La nuestra de aquel momento, después del inciso del refugio donde una integrante de la comitiva salió despedida de una ventada que ventó una puerta y ésta, a su vez, aventó a la susodicha lanzándola al suelo, era llegar hasta Xodos.

Xodos quedó arriba, nosotros bastante abajo, tras 10 quilómetros de camino ululante alcanzar la población fue más pesado de lo habitual. Pero llegamos, nos dividimos en dos grupos para dos bares y casi a tientas, por el apagón eléctrico imperante en toda la localidad, acertamos a comernos todo cuanto nos pusieron sobre la mesa… no pasó otro tanto con los aseos, en los que atinar a oscuras resultó harto complejo en aquellos que no portaban algo lo más parecido a una linterna.

Cuando subimos nuevamente al autobús para volver a nuestras localidades de origen, a saber: Benicasim, Castellón, Villarreal, Alquerías-Burriana y Nules; el viento ya no apretaba tanto como a la ida, donde el autobús había dado importantes bandazos que a más de uno nos acongojó un tanto… Pero como bien está lo que bien acaba y aquello así acabó, ese fue el regusto que nos trajimos de aquel día 3 de febrero, Sant Blai, patrón de Burriana, pasado en la montaña donde mora el gigante de piedra, la peña golosa.

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