«El faro del fin del mundo», «Un mundo feliz», «Un mundo sin fin»; escritores como Verne, Huxley o Follett... ¿Sabrían ellos de ese otro mundo, de «Torre Mundo», en Alcora?... será que no, ¿verdad?; ¿qué aventuras hubieran tramado a su alrededor y con el Peñagolosa de fondo?, ¿de miedo, épicas, históricas, aventuras, ficción?

Nuestro Cervantes del día, con su escudero Sancho, sí supieron de Alcora y de su Torre, no en vano, uno como primero, el otro al final, comandaron una aventura escrita con cada uno de los pasos que dimos y que nos llevaron a ese lugar y a esa cima.

Fila estirada a veces, reagrupados otras, al sol o a la sombra, según colores y calores. Batimos desniveles y distancias, sobrellevamos ritmos y latidos, sudores y respiros para, una vez más, escribir otra hoja del libro del CEB... ¡Y ya van siendo muchas!... 20 años en la brecha; deberíamos felicitarnos por ello.

Este capítulo del que hablamos hoy, por seguir con un hilo narrativo con la literatura como telón de fondo, comenzó en la capital del Alcalatén con un mareo sobrevenido antes de bajar de nuestros coches; nada que una bocanada de aire fresco no subsanara. Repuesta ella, repuestos todos, dimos comienzo a esta ruta que, entre líneas, pudiéramos leer como:

Ese-sitio-de-encuentros-donde-encontrar-aire-puro-(obviaremos-industria-azulejera-y-emanaciones)-encontrar-a-los-demás-que-contigo-caminan-incluso-a-ti-mismo-encontrase-con-un-almuerzo-bota-de-vino-charraeta-enciclopedia-viviente-montaña-ermita-uno-ermita-dos-ermita-tres-sin-entrar-y-otro-gran-encuentro-(stop):—UNA-MAGNÍFICA-CERVEZOTA—(fin-del-stop)-como-final-feliz-donde-los-hubiera-(relámete)-ummmmmm.

Si lo leíste de un tirón, no confundir con calambre, y además en voz alta; si aún te queda aliento para seguir leyendo, guárdalo para el siguiente capítulo que tendremos que escribir todos juntos en Olocau, porque éste, un tanto disparatado, ya terminó.