Sagunto
Cultural gastronómica -Dificultad baja

15 de Diciembre 2019



CRÓNICA



Telegráficamente pues.

Amiga Manoli, te cuento sucintamente lo acaecido en Sagunto. Olvídate de los altos hornos, que ya no están, olvídate de un castillo de ensueño, porque no lo es; sus vistas sí, aunque no demasiado. Has de saber, además, querida, que el denostado teatro romano, no está tan mal si te fijas en lo que habría debajo de lo que cubrieron… muy caro, según cuentan, seguramente que sí, casi que alguien se pondría las sandalias romanas con el sobrecoste; me lo huelo, te lo cuento.

Comida, pues sí claro, y también museos y también cervecitas. Comimos muy sabroso, pero que mucho; ¿cantidad?, fuera porque estaba todo muy bueno, porque tuviéramos hambre canina, no sobró ni una migaja de pan. Sé que lo estás pensando… sí, posiblemente se quedaron cortos. Tú, glotona como eres, hubieras quedado con hambre.

¡Y nuestro presidente?, ¡que dice que se nos va! que no renueva cargo. ¿A dónde irá, si mejor que entre nosotras no estará?, me barrunto que anda consumido, que necesita un respiro. Pues que respire que ahogado no se va a ninguna parte. Se lo ha ganado. Ahora la pelota está en el aire… ¡y hay que seguir jugando, claro está!

Chica, ¿y nuestro guía?, ¿y los regalos?... de Tenda Taula, que no es tontería. Los regalos, digo; nuestro guía, no. ¿Qué no se comería un rosco en una oficina de turismo?, puede que sí, puede que no, pero el chico se esforzó y mantuvo la dignidad, habida cuenta que no había dormido en toda la noche y que luego marchaba a trabajar… aún es joven, aún se puede permitir lo que ni tú ni yo.

Bueno Manoli, te dejo por hoy. Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura… Sé que te gusta la canción de nuestra Ana. Hasta pronto.