ALCUDIA DE VEO
Circular de todo el día - 10km - Dificultad media
12 de Febrero 2017
CRÓNICA
Punto de rocío: Momento en el cual la humedad de una masa de aire se satura —se hace visible— a causa de un descenso de la temperatura.
Pues eso, la temperatura que baja, nosotros que ascendemos, la humedad que se condensa y cuando quieres darte cuenta, te encuentras en un bosque encantado «embrumado», empapado del mismo vapor de agua que se hace gota en cada una de las acículas de los pinos bajo los que pasamos. Y claro, a poco que sople aire —que sopló— éstos que se zarandean y cual si lloviera, sacas el chubasquero y te lo plantas esperando más y más del líquido elemento; que al final, y por fortuna, queda en menos, en casi nada.
A todo esto, cuando comenzamos a subir, la vista al frente, todavía de amplio alcance, te deja ver algún ramaje tumbado por las nevadas y ventadas de días atrás, también puedes ver como se rezagan unos, como se quitan ropa los que sudan y los que sudarán, atinas presumir que de pronto se nublará tu vista alcanzado ese punto que llamamos más arriba «de rocío», no por otro motivo que ese. No cabe mareo alguno obnubilante. Estamos fuertes, o no…
El pico está ahí, nosotros también; nos vemos como de soslayo, y todo a pesar de que uno de los nuestros se pierde a poco para llegar, pero sabiamente da consigo junto al «bebedero» de quien ha traído un vino y unos vasos; quien no lo hace es quien le busca más abajo creyéndolo aún perdido. A punto está de convertirse en la segunda pérdida de la trepada; pero no.
Nos hacemos la foto de rigor en la cumbre y comenzamos a bajar hasta que sacamos de punto al acompañante de rocío. La vista vuelve a vislumbrar a media y larga distancia: una pedrera, otra pedrera, una más, quién da más, un collado y un castillo que visitamos mucho más abajo.
Ya lo vemos todo claro, claro estamos en Ain, hemos terminado. Unos lo hacen en torno a una mesa, otros en la calle. En común: unas cuantas birras, una poca de comida y una mucha gana de repetir, contigo.